visión periférica, que nos permite tener una
conciencia global de lo que nos rodea sin
necesidad de verlo.
Sin embargo, cada vez nos encontramos
más tiempo en entornos cerrados y distan-
cias más cercanas, a lo que nuestro sistema
visual se está adaptando. Esta adaptación
consiste en una inhibición de nuestra visión
periférica y un aumento del tamaño del glo-
bo ocular para reducir el esfuerzo de enfo-
que que realizamos en distancias cercanas,
que desarrolla una visión borrosa en lejos
(distancia que cada vez utilizamos menos).
Este tipo de patología recibe el nombre de
miopía funcional o artificial porque inicial-
mente no es una miopía, sino un problema
de visión periférica y enfoque que se traduce
en visión borrosa en lejos.
Por todo ello lo que debemos hacer es in-
tentar reducir el esfuerzo en cerca y hacer
uso de la periferia, entre otras cosas, para
ello existen varias posibilidades:
1.
La adaptación de lentes de contacto:
su uso favorece la percepción de la
periferia. Existen diversos tipos de len-
tes de contacto, atendiendo al tipo de
material o tratamiento.
2.
Para mejorar el enfoque y otras mu-
chas habilidades se puede realizar
terapia visual comportamental, que
consiste en ejercicios que nos permi-
ten mejorar nuestro rendimiento.
3.
Valorar la necesidad o no de llevar ga-
fas para reducir el esfuerzo en cerca
y de esta forma, cuando vayamos a
cambiar la mirada a lejos contar con
un sistema visual más descansado y
capaz de cambiar a las diferentes dis-
tancias sin problemas.
Por lo tanto sí podemos prevenir la miopía,
aunque no en todos los casos, y ralentizar o
parar el crecimiento de la misma, pero ¿ocu-
rre lo mismo con la vista cansada?
El ojo es un órgano que entra en la edad
adulta muy pronto, en torno a los 12 años,
es por ello que a los 40 años podríamos
decir que es un órgano “viejecito”, y apa-
rece lo que conocemos como vista cansa-
da o presbicia.
La vista cansada es debida a que el cristali-
no, una lente dinámica que tenemos dentro
del ojo, va perdiendo la capacidad de enfo-
car a lo largo de nuestra vida y a los 40 años
no solemos tener suficiente capacidad para
enfocar a distancias mayores de 40 cm, es
por esto que a partir de esa edad cada vez
necesitamos alejarnos más las cosas que
queremos ver.
A pesar del envejecimiento normal de una
parte del ojo sí podemos mejorar nuestras
habilidades visuales en la edad adulta. Nu-
merosos estudios indican que la plasticidad
cerebral, la capacidad de seguir aprendien-
do y adquirir nuevas habilidades también se
da en edades muy avanzadas, por ello la te-
rapia visual puede ser una buena herramien-
ta para mejorar el rendimiento de nuestro
sistema visual.
Además, el mundo de las lentes de con-
tacto también ha evolucionado para corre-
gir la vista cansada y existen numerosos
tipos de lentillas progresivas, adaptadas a
la edad lo que permiten un uso más có-
modo de las mismas.
Tanto la miopía artificial como la vista cansa-
da pueden ocasionar numerosos síntomas
como dolores de cabeza, fatiga o cansan-
cio tanto visual como general, ojos rojos o
escozor, etc. que finalmente se traducen en
un peor rendimiento laborar y un descenso
notable en nuestra calidad de vida.
Son muchas las herramientas que están ac-
tualmente a nuestro alcance para prevenir
numerosos problemas de salud, por lo tan-
to, ¡utilicémoslas!
Aprende a mirar con los ojos y a ver con
el cerebro.
Teresa Molina Martín
María Valencia Sandonís
Diplomadas en Óptica y Optometría, Máster en
Optometría y Terapia Visual
Directoras Técnicas de Instituto de Salud Visual
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