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concretas que puedan evitarse.

En otras muchas ocasiones no es posible

evitarlo por completo, pero si hay que to-

mar todas la medidas necesarias para re-

ducir al máximo la exposición.

Prevención de la alergia al polen

Evita aquellos lugares que concentren

más cantidad de polen: parques, jardi-

nes, entornos rurales, etc.

Si no es necesario, no salgas a caminar

los días muy ventosos porque el viento

arrastra grandes cantidades de polen.

Utiliza gafas para protegerte los ojos, e

incluso una mascarilla.

Si viajas en coche, hazlo con las ventani-

llas cerradas.

Las mayores concentraciones de polen

se producen a primeras horas de la ma-

ñana (entre las 05:00 y las 10:00) y a úl-

timas de la tarde (19:00 a 22:00), así que

no hagas ejercicio u otras actividades al

aire libre en ese horario.

Mantén las ventanas de casa cerradas.

Es conveniente que tengas una secadora

en casa, o al menos coloca un tendedero

en el interior de la vivienda para que la

ropa no permanezca al aire libre y se llene

de polen.

No tengas en casa plantas que te resulten

alergénicas.

Prevención de la alergia a los ácaros

del polvo

Debes evitar los suelos de moqueta, las

alfombras, grandes cortinajes, los pelu-

ches, las sillas tapizadas, etc.

La ropa debe permanecer dentro de los

armarios cerrados, no colgada durante

días en un perchero, o encima de una

silla.

Ventilar la casa du-

rante 10 minutos es

suficiente, no mantenga

más tiempo las ventanas

abiertas pues solo sirve

para que entre polvo y

polen. Utilice aspirador

con filtro de polen.

Evite ejercicio al aire

libre a primera hora de la

mañana (emisión de

polen) y por la tarde

(descenso de polen),

respire por la nariz.

Evite paseos por jardines

los días de mayor viento y

concentración de polen.

Viajar con las ventanillas

cerradas del automóvil y

utilizar filtros antipolen

en el aire acondicionado

del vehículo y del domi-

cilio.

No tienda la ropa en el

exterior los días de re-

cuento alto de polen,

sobre todo las sábanas

en las que va a dormir.

Evite los ambientes car-

gados de humo y polvo

puesto que aumentan y

empeoran los síntomas.

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Los suelos de madera y, sobre todo, los

de cerámica, son los mejores.

Las paredes, mejor lisas, y que se puedan

limpiar con facilidad.

Para guardar los libros, emplea vitrinas o

estanterías cerradas.

Ventila la casa con frecuencia para evi-

tar la humedad, ya que estos animales

microscópicos proliferan con temperatu-

ras superiores a los 20º C y humedades

comprendidas entre el 70 y el 80%.

Las almohadas y los colchones son au-

ténticos reservorios de ácaros, por lo que

es necesario que estén fabricados con

materiales sintéticos, o enfundados en

materiales no permeables.

Debes lavar la ropa de cama con frecuen-

cia, con agua a más de 65 grados. Tam-

bién puedes utilizar fundas anti-ácaros

para proteger el colchón, las almohadas

y los sofás, que son los lugares preferi-

dos de estos seres microscópicos.

En las habitaciones de los niños, los ju-

guetes deben guardarse en armarios o

cajones después de su uso. Si es posi-

ble, mantén la temperatura de la habita-

ción entre 18 y 20º C.

Evita los lugares con mucho polvo.

Si comienzas con síntomas de alergia,

debes consultar a tu médico, quien re-

copilará tu historial clínico y realizará las

pruebas diagnósticas necesarias para

determinar exactamente qué tipo de

alérgenos están implicados y, si es nece-

sario, pautar un tratamiento sintomático

o específico.