del mundo, concretamente la terminal TX1
en el conocido como “Superporto do Açu”
y es lo que ahora me ocupa todo el tiempo”.
Es la primera vez en la historia que se reali-
za el trasladado de cajones flotantes a tanta
distancia.
¿Qué supone para ti participar en este
proyecto de tanta envergadura?
Me llena de orgullo y al mismo tiempo supo-
ne una gran responsabilidad. La gran fortuna
que tenemos es la enorme voluntad y profe-
sionalidad de los compañeros que coordina-
ron las labores en España. La agilidad en la
construcción de los cajones sorprendió muy
favorablemente al cliente.
¿Cómo se inicia el traslado a Acu?
El traslado a Açu se realiza mediante el em-
pleo de remolcadores que trasladan el cajón
flotante desde el puerto de Río hasta Açu.
Hay que considerar que durante una parte
de su vida, el cajón no es otra cosa que una
embarcación que carece de gobierno. Al
principio se estuvieron barajando otras po-
sibilidades, pero se eligió el puerto de Río de
Janeiro por el calado existente en la Bahía
de Guanabara para la realización de la ma-
niobra de botadura de los cajones y porque
la administración aduanera tenía que recibir
la mercancía allí. Es decir existe organismo
aduanero en Río. Y además es el puerto
más próximo a Açu que cumplía con esas
condiciones.
¿Y cómo ha sido?
El traslado se ha realizado en dos etapas.
En la primera fueron trasladados en el buque
semisumergible “Black Marlin” cinco cajones
y posteriormente en otro semisumergible se
realizó el traslado de otros cuatro cajones.
Estos cajones servirán de protección para
la implantación de los Diques Flotantes Mar
del Aneto y Mar del Enol para la fabricación
del resto de los cajones del proyecto en Açu.
Es importante señalar, no solo la compleji-
dad técnica de la carga de los cajones en
el buque semisumergible, sino los importan-
tes problemas legales que representa una
operación de este tipo en Brasil. Desafortu-
nadamente Brasil es un país impresionante
pero extremadamente burocrático y protec-
cionista. Hemos realizado, obviamente, una
importación definitiva de un bien fabricado
en España a Brasil donde las leyes prote-
gen su economía de forma que resulta muy
complicado importar bienes. Solo para que
tengamos una idea hemos tenido que im-
portar nuestro gánguil Acanto clasificándolo
como draga, ya que las autoridades brasile-
ñas si que permiten la entrada en el país de
dragas, pero no de gánguiles.
e r o n a s