gafas que distorsionaban la visión y con las
que tenían que coger una pelota que lanza-
ba el formador, para después devolvérsela.
Como colofón a la jornada, y después de un
breve almuerzo, los más pequeños, siem-
pre bajo la mirada atenta de sus padres, se
colocaron como si de un conductor de la
casa se tratase para recibir las órdenes de
trabajo nominales, en las que acompaña-
dos de personal voluntario de las diferentes
contratas, tenían que realizar un recorrido a
bordo de tres vehículos de empresa.
Como puede apreciarse en las fotografías,
los más pequeños, que no paraban de pre-
guntar sobre los vehículos y los diferentes
servicios, disfrutaron mucho y hoy son un
poco más conscientes de a qué se dedican
sus padres cuando van a trabajar, cuando
al cruzar cualquier esquina de la ciudad,
distinguen un vehículo o una persona que
trabaja en esta empresa.
Basta detenerse por un momento en la foto
de despedida de cada uno de los grupos
para hacerse una idea de lo que supuso
esta jornada, primera de muchas, y por
medio de las cuales se quiere explicar a
todos cuantos se acerquen “qué es lo que
hacemos y sobre todo, cómo lo hacemos”
– comentan en la delegación.