Miguel Ángel Peñas,
entre la limpieza
y el balonmano
femenino
A lo largo de la historia, siempre ha habido
uno que gana y otro que, por consiguiente,
tiene que perder. Normalmente los que ga-
nan son los grandes, los fuertes, y los que
pierden, los pequeños, los débiles.
Y como en las grandes gestas, siempre hay
un nombre propio que lleva sobre sus hom-
bros el peso de la gloria y en algunos casos,
el de la inmortalidad.
Miguel Ángel Peñas, un empleado de FCC
que hace disfrutar de esos efímeros pero in-
saciables momentos de victoria con su equi-
po de balonmano femenino. Pero el mérito
reside en las personas que componen el
equipo, desde el primero hasta el último son
todos amateur.
Miguel Ángel es uno de esos nombres pro-
pios que sintió la nobleza ganadora de los
equipos pequeños. Y no le importa lo com-
plicado que sea, porque está dispuesto me-
diante “el trabajo, la humildad, la ilusión y el
tenerlo todo controlado” a llegar a la gloria
reservada para los más grandes. Y no es
un sueño, es una realidad, porque ha con-
seguido ascender a División de Honor a un
equipo totalmente aficionado, el Aula Cultu-
ral, pero no es la primera vez que lo consi-
gue, hace unos años ya consiguió ascender
a otro equipo, el Carobels Cleba León. Pero
para sentarte en el Olimpo, primero tienes
que ganar a los más grandes, y esto solo
es posible en las Olimpiadas. Además es
entrenador del equipo nacional de balonma-
no femenino, y ahora, responsable RFEBM
Trabaja en la contrata de limpieza
de la factoría de Renault de Valladolid,
perteneciente a la Delegación Castilla y León
del Área de Medio Ambiente