Red de Comunicación - Nº21 - page 29

en algunos aspectos la cultura y la religión
musulmana y de sorpresa de cómo son las
mujeres saudíes. Me encontré con muchas
profesionales en el campo de la medicina,
de la docencia, de la empresa y que es-
taban comprometidas con la trasformación
del país dentro de unas normas sociales y
religiosas muy estrictas. Pero ellas me en-
señaron que es posible poco a poco bus-
car caminos de luz. Hay que tener en cuen-
ta que más del 60% de las mujeres saudíes
son universitarias y la mayoría terminan el
doctorado.
¿Qué ha significado para usted esta ex-
periencia?
Un enriquecimiento personal inolvidable,
unos verdaderos amigos, y a veces más
auténticas que las que puedes hacer si es-
tuvieras destinada en otro país. No hay que
olvidar que se convive con otros expatria-
dos de todas las nacionalidades, extranje-
ros que son cultos y muy preparados pro-
fesionalmente, que se desplazan también
con sus familias a vivir temporalmente en
Arabia Saudí. Yo después de mi regreso a
Madrid recibo casi cada día, y es verdad
lo que digo, correos de personas que han
convivido conmigo, pruebas de afecto de
aquellas de las personas que encontré en
Riad. Casi diría contactos muy sólidos que
van a permanecer con el paso del tiempo.
¿Qué aspectos destacaría?
Compañerismo, comprensión, generosi-
dad, amistad, ayuda en momentos bajos y
mayor complicidad con mi marido, se pasa
mucho tiempo en familia y se comparten
muchas horas juntos. Diría que la pareja se
une más.
¿Qué es lo que más le sorprendió a su
llegada a Riad?
La separación por sexos entre hombres y
mujeres en lugares públicos, el rigor de su
vestimenta con la famosa “abaya”, una tú-
nica negra de tela muy suave que envuelve
el cuerpo de la mujer. Muchas de las sau-
díes se cubren totalmente la cara y dejan
solo ver sus ojos. Las mujeres occidentales
no estamos obligadas a llevar pañuelo para
taparnos el pelo pero sí es obligatorio el
ponerse la abaya desde la llegada al aero-
puerto saudí. Yo personalmente me hice un
modelo en Madrid que consistió en diseñar
un quimono de seda negra.
¿Qué es lo que más y lo que menos le ha
gustado de Riad?
La calidad de todo tipo de ofertas de sus
centros comerciales, la vida europea en
el interior de los compounds, las excur-
siones al desierto hasta el anochecer, la
cría de los caballos árabes, los viajes en
días festivos a los países del Golfo (Qa-
tar, Dubai, Oman, Estambul…) y de nuevo
la amistad y la intensidad de las relaciones
personales. Insisto mucho en esta idea
pues, como nunca en mi vida, he podido
comprobar cómo nos ayudábamos entre
los expatriados para no sentirnos solos. Y
en ese aspecto uno se vuelve muy solida-
rio. Cuando progresivamente te introduces
en los ambientes y familias saudíes te das
cuenta que son muy buenas personas, que
son abiertos, generosos en recibirte y muy
amantes de España.
El aspecto negativo era el calor pero tengo
que decir que los meses de noviembre a fe-
brero son casi primaverales y en diciembre
tuve que comprar edredones en Ikea. Las
temperaturas de noche en el desierto bajan
mucho. Lo más duro son las tormentas de
arena que cubren la ciudad y el calor del
verano.
¿Cómo era su día a día?
En mi caso tenía que atender mis obliga-
ciones sociales y diplomáticas. En el Diplo-
matic Quarter hay unas ochenta represen-
taciones diplomáticas y es una comunidad
internacional muy activa pues hay perma-
nente muchos actos culturales: concier-
tos, exposiciones, conferencias donde se
asiste por invitación. Además participaba
en Foros de mujeres árabes que me ser-
vía de punto de encuentro con la sociedad
de Riad, también era miembro de un cír-
culo literario “ Book Club” y reuniones de
conversación francesa. Mi participación en
estos grupos me acercaron a las saudíes y
así conocí sus casas y sus familias. La ver-
dad que aproveché muchísimo para me-
jorar los idiomas. En la sociedad saudí se
habla un inglés muy alto pues la educación
es bilingüe. Si una mujer española llega a
Riad puede organizar un plan de activida-
des y cursos que puede tener todo el día
ocupado.
¿Le parece posible la integración de una
mujer en la vida de Riad?
Si hay voluntad de hacerlo y se vencen las
dificultades iniciales se puede tener una
vida muy intensa tanto europea como ára-
be. Disponer de un chofer puede facilitar-
te el movimiento, teniendo en cuenta que
después de dejar a los niños en el colegio
Cuando progresivamente
te introduces en los ambientes y familias
saudíes te das cuenta que son muy buenas
personas, que son abiertos, generosos en
recibirte y muy amantes de España
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