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María (nombre ficticio) lleva un año divor-
ciada, asume la custodia de un menor de
edad, nexo que aún le une a su agresor a
través del régimen de visitas. Esto sigue su-
poniendo un problema para ella, usa a un
familiar como intermediario, ya que todavía
tiene una orden de protección en vigor.
A pesar de esto, considera que está en
un punto muy avanzado de su proceso de
recuperación, y cuando mira hacia atrás se
da cuenta de todo lo que ha superado y se
siente bastante orgullosa de lo conseguido.
Actualmente, una de sus mayores
dificultades radica en tener que asumir ella
sola el coste de la hipoteca y otras deudas
que su ex marido ha dejado de pagar. En
este sentido ha resultado fundamental el
conseguir un trabajo que le permita asumir
sus gastos.
“La fuerza fundamental
está en una misma”
Su hijo es para ella el apoyo y motivo
fundamental para salir de la situación de
violencia. Gracias a él fue consciente de la
gravedad de lo que estaba ocurriendo y de
que tenía la obligación de tomar medidas
y luchar contra su situación. Ahora, tres
años después, afronta la vida con esa
misma filosofía: la fuerza fundamental está
en una misma, solo hay que saber sacarla.
Una vez tomada la decisión, ha resultado
imprescindible el apoyo de su madre y de
otras mujeres que habían pasado por esto.
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degénero
Apoyo a las mujeres
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