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o n o c i m i e n t o
Control continuo
Factura
electrónica
Los contadores son la herramienta básica
de medición del agua que es consumida.
En su buen funcionamiento se sostiene
todo el proceso comercial, esa es la razón
por la que se dedican muchos esfuerzos a
la selección de las mejores marcas y mo-
delos que se pueden encontrar en el mer-
cado.
Aqualia dispone de un grupo de trabajo
de expertos en contadores y consumos,
que realiza la coordinación y ejecución de
controles de calidad de las compras en
origen, es decir, en las propias fábricas de
los distintos proveedores de contadores,
donde se verifica el comportamiento de
los medidores, así como otros temas de
interés en estas materias. Según Eduardo
Cienfuegos, miembro del Grupo de Trabajo
de Contadores, “un control continuo sobre
el parque de contadores de la empresa es
necesario para asegurar la fiabilidad de los
consumos registrados”.
Adicionalmente, Aqualia dispone de sus
propios laboratorios de ensayo (Salaman-
ca, Almería y Tarancón (Cuenca)) en donde
se procede al análisis en continuo de los
distintos modelos de contadores que exis-
ten en el mercado, seleccionando los con-
tadores que mejor se comporten en función
de los distintos tipos de agua, condiciones
de servicio y tipo de consumidor existentes.
Este exhaustivo control redunda, según el
propio Cienfuegos, “en la toma de las de-
cisiones más eficientes a la hora de cam-
biar unidades de los diferentes modelos de
contadores”.
Un poco más adelante en la cadena de
atención al cliente, dentro ya de la fun-
ción de facturación, las cifras resultan
abrumadoras, puesto que Aqualia en-
vía más de trece millones de facturas
anualmente a sus clientes. También en
esta fase se implementan mejoras. Una
de ellas es la e-factura o factura elec-
trónica, un servicio por el que Aqualia
ya emite más de 360.000 facturas cada
año y que es posible solicitar con una
simple llamada al Centro de Atención
al Cliente de Aqualia (CAC) o a través
de la oficina virtual, Aqualia on-line.
Las ventajas que presenta frente a la
tradicional factura impresa son claras:
mayor seguridad, celeridad y certeza
en el envío y recepción de las facturas,
así como una mayor confidencialidad,
facilidad de archivo y consulta, ya que
el destinatario dispone siempre de los
documentos originales. Por otro lado,
la factura electrónica es sostenible, ya
que no debemos olvidar que para pro-
ducir 1.000 kilos de papel blanco son
necesarios 100.000 litros de agua, ade-
más de emitir 1.700 kilogramos de CO
2
a la atmósfera.