Firma
La
Por: Juan Pablo Merino
Director de Marketing
Corporativo y Marca de FCC
Una
empresa global
que se
La importancia que la marca tiene para una
empresa es lo mismo que el nombre para
una persona. Los demás nos identifican
por ese nombre y nos asocian con una ma-
nera de ser y de hacer, con unos valores y
con una trayectoria. Después de años de
existencia, logramos alcanzar una posición
determinada en nuestro entorno.
Los escenarios de crisis son una exce-
lente oportunidad para realizar un análisis
profundo de ese posicionamiento y buscar
alternativas que permitan a una marca salir
reforzada tras superar los años malos.
Una buena estrategia es rastrear el campo
de operaciones en busca de nuevos territo-
rios de posicionamiento que sean suscep-
tibles de ser ocupados y que aporten a la
marca un nuevo lugar donde desarrollarse
y desde el que dirigirse a sus públicos. A la
vez, éstos descubrirán una nueva dimen-
sión de esa empresa que, bien gestiona-
da y adecuadamente comunicada, servirá
para asegurar la supervivencia del negocio
durante otra etapa.
Se trata en definitiva de reposicionar la
marca, ante una situación como la actual
y lanzar nuevos mensajes que renueven la
confianza entre los clientes. Buscar un po-
sicionamiento sólido, claro y definido que
nos convierta en diferentes como sinónimo
y garantía de futuro.
La marca debe reorganizarse para atender
a las nuevas circunstancias. Esto hace que
el mensaje deba actualizarse para llegar de
forma clara y fácil de entender al merca-
do. Pero detrás de ese reposicionamiento
siempre deben prevalecer unos valores una
forma de hacer las cosas que nos hagan
diferentes y únicos, genuinos. De esta for-
ma nadie nos podrá copiar y podremos se-
guir generando negocio, riqueza y puestos
de trabajo. Y nuestra historia, reinventada,
innovada, alimentará la nueva etapa.
Las marcas deben servir de guía para que
las compañías se adapten lo mejor posi-
ble a las necesidades que les demanda el
mercado, los clientes, y por tanto deben
proporcionar a los empleados los recursos
necesarios para actuar con los entornos
de manera significativa. Sin embargo, esto
no es tarea fácil ya que es necesario que la
cultura de marca se aplique a nivel emotivo
y racional en la mente de los empleados y
se ponga de manifiesto en sus comporta-
mientos. Sencillamente, los empleados tie-
nen que pensar, sentir y actuar teniendo la
marca en su mente.
Así FCC, nuestra marca, está en proceso
de convertirse en marca única, donde el
descriptor corporativo Servicios Ciudada-
nos aporta un claro mensaje al mercado
sobre la apuesta de FCC en su proceso
de innovación y adaptación a los nuevos
tiempos.
Se trata en definitiva de reposicionar
la marca, ante una situación como la
actual y lanzar nuevos mensajes que
renueven la confianza entre los clientes