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como núcleo de una nueva especialidad
médica, la “medicina de accidentes”.
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En el ámbito de la prevención, los servicios
sanitarios de las empresas y los médicos
del trabajo abandonaron progresivamente
la visión ambiental higiénica que había do-
minado la higiene industrial decimonónica.
Lejos de seguir prestando atención a los
determinantes ambientales de la enferme-
dad o el accidente fabril y especialmente en
el extra-fabril (vivienda, alimentación, ocio),
los médicos orientaron sus nuevos come-
tidos preventivos a la detección precoz de
los antecedentes patológicos o predispo-
nentes individuales que “favorecieran” el
accidente o la enfermedad y a la evalua-
ción de la potencial capacidad productiva
del trabajador.
Fueron grandes empresas en particular del
ramo-minero-metalúrgico, las que de for-
ma pionera introdujeron el reconocimiento
médico sistemático del personal a cargo
de los servicios médicos patronales. El exa-
men médico quedó, pues, integrado en los
procedimientos de admisión y evaluación
de los trabajadores como un elemento más
en las estrategias patronales de gestión de
la mano de obra.
En el periodo 1960-1980 la lucha obrera y
sindical por la salud laboral fue clave para
redefinir el nuevo marco normativo y a ésta.
A finales de los años setenta los sindicatos
mayoritarios crearon gabinetes de salud la-
boral que contribuyeron a la emergencia de
nuevos problemas de salud cómo los cán-
ceres profesionales, el ruido o los riesgos
psicosociales.
Vidrieros trabajando.
Algunos artesanos
manejaban tubos para
soplar el vidrio (del libro De
re metallica del metalúrgico
alemán G. Agrícola, que vivió
en el siglo XVI).
El papel de los medios de comunicación ha
sido clave para activar el debate social en-
torno a la salud laboral.
La ley de prevención de riesgos laborales
(1995), cuyo propósito es fomentar y con-
solidad una autentica cultura preventiva, fue
el fruto de la transposición al ordenamiento
jurídico español de la legislación europea.
Finalmente la asunción por la Unión Euro-
pea del “principio de precaución” ha su-
puesto que haya que acreditar la inocuidad
de una sustancia química antes de introdu-
cirse en un proceso productivo.