También conocida como Teresa de las Dunas
por su afición a los Rallies de aventuras
Pero lo que también hace peculiar a Teresa
no es solo su trayectoria profesional sino su
afición a los Rallies de aventuras en 4x4 por
el desierto.
Hace ya muchos años Teresa y su marido
se apuntaron a un club que organizaba
recorridos en todoterreno por el desierto.
Desde entonces esta actividad se ha con-
vertido en una de sus grandes aficiones.
El primer viaje lo hicimos a Marruecos, lle-
vamos un modelo Mercedes y quedó tan
destrozado que nos deshicimos de él al
llegar a Barcelona. Luego compramos un
Toyota y empezamos a prepararlo para las
travesías por el desierto; subimos la sus-
pensión y se colocaron amortiguadores de
gas, pusimos parachoques traseros y de-
lanteros con cabrestante incorporado, un
depósito auxiliar de 150 litros de gasóleo
para que nos permitiera estar varios días
sin repostar, se cambió la centralita para
aumentar la potencia y preparamos tam-
bién el interior con todas las comodidades
con el fin de poder dormir dentro.
Teresa se turna con su marido para con-
ducir, suelen realizar sus viajes en grupos
de seis a diez vehículos comunicados por
radio y ella suele ser la única mujer conduc-
tora del grupo.
A mis compañeros de aventura les sor-
prende y aplauden que conduzca, no así
mi marido que sufre lo indecible cuando
lo hago -dice Teresa bromeando- los dos
queremos conducir y tenemos que turnar-
nos, a veces conducimos un día cada uno
o cambiamos de turno cuando nos encalla-
mos. El rescate se efectúa con otro coche
por medio de una eslinga o con el cabres-
tante. Aunque conduzcas bien, es muy fre-
cuente quedar enganchado en una duna.
“Acostumbramos a realizar los recorridos
por Túnez o Marruecos. La situación po-
lítica de países como Argelia o Libia, nos
impide viajar también por ellos. En Túnez vi-
ves más la aventura, tiene un desierto más
de demostrar que una mujer también pue-
de ser válida en un sector, que en aquel
momento era exclusivo de hombres. Las
mujeres pioneras en esta actividad hemos
sentido claramente, la responsabilidad de
abrir camino a las demás mujeres. Cuando
empecé a trabajar estaba claro, si un hom-
bre no era válido para un trabajo significaba
que “ese hombre no sirve” y debía reem-
plazarse por otro. Si se trataba de una mu-
jer, se generalizaba y la conclusión era que
“las mujeres no sirven”. Afortunadamente,
esta forma de pensar ha cambiando con el
tiempo.
He sido consciente de nuestra dificultad
para ocupar cargos técnicos, por ello,
cuando he tenido que contratar a alguien
me he inclinado por las mujeres, por so-
lidaridad.
¿Encontraste durante tus comienzos al-
gún problema para desarrollar tu trabajo
o progresar en tu carrera?
Comencé a trabajar en la Delegación de
Cataluña Edificación, me contrataron por-
que el delegado necesitaba una persona
que realizara las funciones de secretario
técnico, entonces no había mujeres técni-
cas, solo secretarias o administrativas.
Me fue muy bien. Al poco tiempo empe-
cé internamente a realizar las funciones de
coordinación, planificación, calidad, seguri-
dad y compras de toda la delegación.
Más adelante mostré mi interés de traba-
jar en obra, donde había más posibilidades