de obra cualificada es escasa debido a la
demanda que genera el elevado número de
proyectos en curso en la isla.
Dieter fichó a antiguos empleados de ALPI-
NE en Singapur entre los que se encontra-
ban autóctonos, alemanes, filipinos, birma-
nos, australianos y malayos.
La seguridad y salud han sido la prioridad
desde el comienzo y las campañas de
prevención de riesgos laborales. Los cur-
sos organizados por ALPINE han sido una
constante en el día a día de los empleados
de la obra. La vieja costumbre austriaca de
colocar a Santa Bárbara, patrona de los mi-
neros, a la entrada del túnel para proteger a
los trabajadores no ha sido olvidada.
Para Dieter Meyer, es un proyecto esti-
mulante, no sólo por las complejidades
técnicas sino por el reto de inculcar en-
tre un grupo tan heterogéneo la forma
de trabajar europea. Los problemas de
comunicación derivados de las distintas
lenguas se solventaron fácilmente con el
uso del inglés como lengua vehicular.
Sin embargo, son los problemas de tipo
administrativo los que más preocupan a
Dieter Meyer: los distintos tipos de con-
tratos, las distintas formas de pago, la
diferencia de vacaciones entre los em-
pleados europeos y asiáticos, que son,
en definitiva, el día a día al que se enfrenta
Meyer.
Sobre la percepción de la compañía en
Singapur, Dieter cuenta que en los úl-
timos tiempos ALPINE ha creado cierta
expectación mediática entre la prensa lo-
cal, ya que los trabajos se desarrollan en
la zona VIP de Singapur.