Recomendaciones para evitar
defciencias de vitaminas
La principal fuente de vitaminas son los ve-
getales crudos, por ello, hay que igualar o
superar la recomendación de consumir cin-
co raciones de vegetales o frutas frescas al
día. Hay que evitar los procesos que pro-
duzcan pérdidas de vitaminas:
•
Hay que evitar cocinar los alimentos en
exceso, a mucha temperatura o duran-
te mucho tiempo.
•
Echar los alimentos que se vayan a
cocer en el agua ya hirviendo, en vez
de llevar el agua a ebullición con ellos
dentro.
•
Evitar que los alimentos estén prepara-
dos (cocinados, troceados u exprimi-
dos) mucho tiempo antes de comerlos.
•
La piel de las frutas o la cáscara de los
cereales contienen muchas vitaminas,
por lo que no es conveniente quitarla.
•
La vaporización del arroz consigue que
las vitaminas y minerales de la cáscara
se peguen al corazón del arroz y no se
pierdan (la cáscara contiene cinco ve-
ces mas vitamina B1 que el resto del
grano).
•
La congelación produce pérdidas en
la calidad de las vitaminas, inactivando
parte de ellas. Es preferible consumir
los alimentos 100% frescos.
•
Los procesos de esterilización UHT,
muy rápidos, evitan un exceso de
pérdidas vitamínicas, mucho más que
procesos más lentos.
¿Cuando son necesarios los suple-
mentos vitamínicos?
En general se recomienda una alimenta-
ción bien equilibrada. En ella se encuentran
todas las vitaminas en las cantidades ne-
cesarias. Ningún estudio apoya el uso de
suplementos vitamínicos o minerales como
intervención preventiva:
•
Las vitaminas no aumentan el apetito.
•
Aunque son antioxidantes, no se ha
demostrado que la ingesta habitual
de suplementos prevenga los tumores
malignos.
•
Atiborrarse de suplementos vitamíni-
cos para combatir situaciones de es-
trés, agotamiento físico y mental, no
tiene ningún efecto.
•
No incrementan el crecimiento en los
niños.
•
No previenen el envejecimiento.
Sólo están indicados los suplementos vita-
mínicos y siempre bajo prescripción facul-
tativa en:
•
Dietas desequilibradas, como ocurre
en pacientes que padecen algún tipo
de alergia alimentaria, o con los vege-
tarianos que no consumen derivados
animales (défcit de vitamina B12).
•
Las mujeres embarazadas.
•
Los ancianos con défcits alimentarios
(muy frecuente en los que viven solos o
están mal cuidados), por el tipo de ali-
mentación que llevan y porque suelen
asimilar peor las vitaminas.
•
Determinadas enfermedades que
afectan al aparato digestivo y en algu-
nas intervenciones quirúrgicas del es-
tómago que suponen resección parcial
o total del mismo.
s•
El consumo de medicamentos que in-
teractúan con las vitaminas y pueden
producir défcits, como es el caso de
determinadas quimioterapias para el
tratamiento del cáncer.
Como se puede ver, la mayor parte de las
personas no están en ninguno de estos
grupos y por tanto no necesitan tales pro-
ductos. Sin olvidar que, aparte de su coste
económico, pueden ser perjudiciales si son
consumidos en exceso (hipervitaminosis).