Somos FCC - Nº5

B I E N E S T A R de todos no confieren información esencial pero confieren ventajas al hospeda- dor. El ejemplo más común es el de los plásmidos que contienen genes de resistencia a un determinado an- tibiótico. Una vez adquirida la resistencia, ésta puede diseminarse de dos formas: • La dispersión de una misma cepa resistente. • Ladispersiónde losgenesque lage- neran a través de los elementos ge- néticosmóviles como losplásmidos. Además, las bacterias resistentes pueden acantonarse en determi- nados reservorios desde los cua- les pueden iniciar su diseminación al resto de la población. Estos re- servorios pueden ser animales de granja, determinados pacientes multitratados con antibióticos, cier- tos centros como las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) o los pa- cientes crónicos. La resistencia a antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras días están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos meca- nismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gono- rrea o las enfermedades de transmi- sión alimentaria, son cada vez más difíciles –y a veces imposibles– de tratar a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia. ¿Qué podemos hacer para atajar el problema? La población general, todos noso- tros, podemos tomar una serie de medidas preventivas: 1. No automedicarse y tomar antibió- ticos sólo cuando lo prescriba un profesional sanitario certificado. 2. Seguir siempre las instrucciones del médico en cuanto a la dosis y tiempo de tratamiento, y no dejar- lo prematuramente al encontrar- se mejor el paciente. 3. No pedir antibióticos y mucho menos presionar al médico, si el profesional no considera oportu- no recetarlos. Un médico estre- sado y cansado puede claudicar ante la insistencia de unos pa- dres alarmados por la fiebre de su hijo y poco informados sobre las consecuencias del mal uso de los fármacos. 4. Prevenir las infecciones laván- dose las manos y preparando los alimentos en condiciones hi- giénicas, sobre todo cuando hay enfermos en casa, y adoptando medidas de protección en las re- laciones sexuales. 5. Manteniendo al día las vacuna- ciones que las autoridades sani- tarias aconsejan. 6. Evidentemente, la solución pasa además por otro tipo de medidas que la administración debe poner en marcha: • Prescripción de los antibióti- cos con receta médica. • Invertir en la investigación y de- sarrollo de nuevos antibióticos. • Campañas de información y divulgación sobre cómo evitar las infecciones y los efectos nocivos del uso in- adecuado de determinados fármacos, y concretamente, de los antibióticos. • Un mayor control en el uso de éstos y otros fármacos en el ganado y animales desti- nados a consumo humano. En resumidas cuentas, aunque es- tas medidas se escapan a la acción de la población en general, noso- tros sí podemos colaborar en no empeorar la situación mediante una información adecuada y un uso ra- cional de los antibióticos, confiando en la prescripción de los profesiona- les sanitarios y teniendo en cuenta otras precauciones anteriormente indicadas. B I E N E S T A R 49

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