Somos FCC - Nº11
los alimentos tienen las mismas calorías indepen- dientemente del momento en el que se consuman. Además resulta un tentempié idóneo que evita pico- tear otros alimentos de mayor contenido calórico. Aunque la fruta contiene azúcar de manera na- tural, son cantidades pequeñas comparadas con otros alimentos que no percibimos como alimentos excesivamente dulces; por ejemplo, una lata de refresco de 330 ml tiene el mismo azúcar que 6 raciones de fresas, 6 tajadas de melón o 10 higos. Pero aunque tuvieran la misma cantidad de azúcar la fruta aporta además vitaminas, minerales, fibra y sustancias bioactivas. Cenar sólo frutas o sólo ensalada sencilla... Las frutas y hortalizas son alimentos básicos en nuestra alimentación, pero no contienen todos los nutrientes que necesitamos, por la que cenar sólo fruta o sólo una ensalada simple puede desequili- brar nuestra alimentación, ya que dejamos de inge- rir otros alimentos clave como el pescado, huevos o legumbres. Esta práctica es muy habitual en los programas “detox”, pero no hay base científica que sustente este tipo de dietas milagro en las que se atribuyen propiedades desintoxicantes a alimentos y prácticas culinarias concretas. Los lácteos no son alimentos que deban tomarse habitualmente Los lácteos son importantes en todo el ciclo vital, no es un alimento exclusivo para los niños, ya que los adultos y mayores también pueden beneficiarse de este grupo de alimentos siempre que no haya intole- rancias o alergias convenientemente diagnosticadas. Aunque hay otros alimentos como las legumbres, frutos secos y algunas verduras, que son fuentes de calcio, los lácteos contienen este mineral en un estado fácilmente absorbible. La creencia de que los lácteos no son aptos para los adultos sanos por generar malas digestiones o que deban eliminarse en la infancia porque crean mucosidades, no tiene ninguna base científica. La recomendación general es consumir lácteos con poca o nada de azúcar aña- dido y preferiblemente fermentados: yogur o kéfir de buena calidad sin azúcar añadido o quesos. Las verduras cocinadas pierden sus propiedades Es cierto que algunas vitaminas como la C y el ácido fólico, son sensibles al calor y la luz y pueden oxidar- se y perderse en el agua, sin embargo esta perdidas son mínimas cuando las hortalizas se hierven en tro- zos grandes, con poco agua, al vapor o al microon- das, a temperaturas moderadas y durante el tiempo justo, o cuando se aprovecha el agua para caldos. Aunque se recomienda tomar una vez al día hortali- zas crudas, las cocinadas pueden potenciar su valor nutritivo haciendo más disponibles algunas sustan- cias como la vitamina A o el licopeno del tomate, por ejemplo en el típico sofrito de la dieta mediterránea. Además, cocinar las verduras aumenta su seguridad microbiológica, facilita su digestibilidad y potencia su sabor. Beber agua en la comida engorda, por eso hay que tomarla antes El agua, independientemente del momento en el que se consuma, no aporta calorías. Sin embargo, tomar- se antes de comer un o dos vasos de agua aportaría una sensación transitoria de saciedad, que puede suponer una menor ingesta de alimentos. El aporte calórico de la comida dependerá de los alimentos que contenga, pero no de la cantidad de agua o del momento en el que se beba. B I E N E S T A R B I E N E S T A R 37
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