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El puente de Vidin-Calafat, situado entre la
frontera búlgara y rumana, se conoce tam-
bién como el puente sobre el Danubio II. La
infraestructura, construida por FCC, forma
parte del cuarto corredor transeuropeo de
transporte que une Berlín con Salónica y
Estambul, pasando por varios países eu-
ropeos.
Sorprende la falta de puentes que conecten
ambos países. La frontera entre Bulgaria y
Rumanía, de 630 kilómetros de longitud,
está delimitada en gran parte del recorrido
por el río Danubio y hasta ahora sólo ha-
bía un único puente para unir las dos orillas
entre Giurgiu (Rumanía) y Ruse (Bulgaria),
denominado al principio como puente de la
Amistad y después llamado puente sobre
el Danubio.
Bulgaria y Rumanía son países muy diferen-
tes, hasta el alfabeto no tiene nada que ver
uno con el otro. En Rumanía utilizan el lati-
no y en Bulgaria, el cirílico. Pero tienen más
en común de lo que parece: un río que les
separa y traza la frontera natural, el Danu-
bio, un pasado comunista y una población
que busca el camino hacia la esperanza a
través de un puente que fundirá en una las
dos culturas.
Valor para los ciudadanos
La nueva estructura agilizará las relaciones
entre ambos países. Las personas que
quieran cruzar de un país al otro lo harán
sin tener que pagar dinero y sin depender
de los horarios ni de las colas que provoca
el ferry al cruzar el gran río.
Este puente puede ser un atractivo por
atraer inversiones que generen un auge
económico a través de un nuevo recorrido
hacia Europa del Este.
Para la ejecución de esta compleja obra,
FCC ha utilizado tecnología propia de
El equipo del laboratorio.
Pablo, Rafa, Fernando y Jesús reunidos a pie de obra.