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La exposición al sol moderada estimula la síntesis de vitamina D que previene la os-teoporosis, reduce la tensión arterial me-diante la vasodilatación y favorece la circu-lación sanguínea periférica. También activa la melanina y ayuda a combatir alteraciones cutáneas como el vitíligo, el acné o la so-riasis.

Quemarse al sol alguna vez no provoca nin-gún tipo de problema a corto plazo, pero la quemadura repetida es uno de los factores más importantes en el desarrollo del mela-noma o cáncer de piel.

La principal causa del envejecimiento pre-maturo cutáneo es el sol, por lo tanto, de-bemos tomar una serie de precauciones ahora que el verano se acerca:

l Hay que aplicar una cantidad abundan-te de crema protectora, repitiendo cada dos horas, después de meterse en el agua, practicado ejercicio o si se ha su-dado mucho.

l Darle especial importancia a la hidra-

El mejor momento para ir a la playa son las primeras horas de la mañana. El sol es menos agresivo y el riesgo de quemarse es mínimo.

Antes de salir de casa es aconsejable apli-carse protección solar, sobre todo en la cara, los hombros, los brazos y el escote.

Antes de la loción solar, es aconsejable ponerse una base hidratante o un produc-to que contenga vitaminas C y E, y ácido ferúlico (FRAC). Se trata de componentes que potencia en un 50% la acción contra las quemaduras.

Para el cuerpo, elige un fltro solar en forma de leche o de fuido, que se aplica fácilmen-te y que no deja residuos.

Si quieres protegerte el cabello, puedes uti-lizar un aceite específco solar para el pelo que además de resguardarte de los rayos del sol, lo mantendrá sano y brillante.

Si ya has estado 2 ó 3 horas en la playa y te has bañado vuelve a ponerte crema por todo el cuerpo.

Utiliza un producto de factor elevado para la nariz, la cara y la frente, que son las zonas de más riesgo.

tación antes, durante y después de la exposición al sol, y nunca olvidar la re-paración (after sun).

l Es importante el uso de un producto fotoprotector mientras se practica cual-quier deporte al aire libre. El sol pasa factura a los más expuestos.

l Los niños son especialmente sensibles a la exposición solar, así que deben estar extremadamente protegidos. El capital solar disminuye con los años y preservarlo es tarea de los padres, que deberán aplicar a su hijo (a partir de los seis meses) un protector UVA-UVB, una a dos horas antes de que este se ex-ponga al sol, utilizando un factor 50.

l Para utilizar de una manera adecuada los productos, hay que conocer la dife-rencia entre “water resistant” (no pierde su capacidad fotoprotectora después pasar 30 minutos dentro del agua) y “waterproof” (aguantan la protección durante más de 80 minutos, después de haber entrado en contacto con el agua).

l El cabello también sufre: sequedad, encrespamiento, cambio de color… el

pelo sufre los efectos nocivos del sol, la sal o el cloro y lo manifesta de inme-diato al tacto y a la vista, pudiéndose producir al cabo de unos meses una caída abundante. A parte de productos cosméticos, como champús especiales y mascarillas capilares, es esencial el uso de un sombrero o visera para pro-tegerse la cabeza de los rayos solares.

l Los autobronceadores son la opción de un bronceado seguro para las pie-les más sensibles. Activan la melanina mediante estímulos naturales y la elimi-na unos días después, en forma de piel muerta.